Bulnes, lunes 2 de noviembre de 2009:
La garuga de la mañana engañó a los vecinos que acudieron al Cementerio sin la debida protección para el agua y cuando se intensificó y se convirtió en lluvia, quedaron todos mojados y quizás mas de alguno terminó resfriado.
Aún así fueron miles los vecinos que acudieron a visitar las tumbas de sus familiares ya fallecidos, dejándolas llenas de flores y recuerdos. Bajo el toldo de ceremonias se apiñaban los vecinos que escuchaban la Misa que se trasladó ahí por la lluvia, mientras otros vecinos esquivaban la lluvia bajo los árboles o simplemente con dignidad la afrontaban quedando empapados.
Mención aparte merecen los vecinos que llegaron en carretalas a visitar a sus deudos. Como pudieron se las arreglaron para protegerse de la lluvia y proceder a tomar el desayuno o a descansar, porque para ellos la venida al cementerio es un rito y normalmente permanecen en el lugar todo el día. Las fotografías ilustraran mejor lo que decimos.
También se pudo apreciar que la concurrencia aumentó en vehículos, ya que se estacionaban desde la curva hasta pasado el ingreso a El Nogal. Hubo expedita locomoción colectiva, la que estaba muy normada e incluso con reloj control. A los puestos instalados en el exterior le penaban las ánimas y las florerías bajaron la docena de claveles a tres mil pesos.
